lunes, 31 de octubre de 2011

Repápalos

Los repápalos son un plato típico de mi pueblo, Fuente Obejuna. Mi abuela Isabel los hacía, y yo los hice por primera vez ayer. Es un plato fácil, rico y muy baratito. A la abuela Isabel, al contrario que a la abuela Maruja, la cocina le gustaba de poco a nada... Así que tendremos pocas recetas de su cosecha. Claro que, para remediar este "mal", tenemos a la Tati, mi tía de mi alma, que cocina estupendamente, y hace unos bocadillos de flamenquín troceado con patatas fritas que resucitan a los muertos. La Tati me ha ido pasando algunas recetillas, y otras que vendrán... La de los repápalos, es suya. Pero para no faltar a la verdad, tengo que deciros que la redacción de la receta es de mi madre, que me la mandó ayer por email.

Ingredientes:
Para el caldito
·                    1 cebolla
·                    3 dientes de ajo
·                    1 tomate
·                    1 pimiento
·                    1 hoja de laurel
·                    1 pastilla de caldo
Para la masa de los repápalos
·                    2 huevos
·                    1 diente de ajo
·                    1 ramita de perejil
·                    Sal
·                    Pimienta
·                    Pan rallado (6 cuchadas soperas)


Preparación:
En una olla se pone el aceite para hacer el sofrito (cebolla y ajo, cuando estén flojitos se añaden el pimiento y el tomate), hecho el sofrito se pone una pastilla de caldo, el laurel y como medio litro de agua y se deja hervir.
Mientras tanto se baten los huevos, se les pone sal, pimienta , un diente de ajo picado menudito, el perejil picado igualmente y el pan rallado. Se mezcla todo muy bien y con la medida de una cuchara se van echando en una sartén con el aceite no demasiado caliente para freirlos, al sacarlos se incorporan a la olla y se dejan cocer hasta reducir el caldo a gusto de la cocinera y sus comensales…


lunes, 17 de octubre de 2011

SOPAS PRIMITIVAS

Yo no me lo explico... con lo delicadita que era de pequeña para comer, no alcanzo a entender cómo podían gustarme tanto estas sopas... supongo que fue gracias al ingenio de mi madre, al bautizarlas con semejante nombre... Sopas primitivas,... y te imaginabas a los hombres de las cavernas... el caso es que ese día, la niña comía sin protestar...

INGREDIENTES
Ajo
Pimiento verde
Tomate
Espárragos verdes
Salchichas frescas
Sal
Pimienta
Azafrán en hebra
Una pastillita de caldo
Aceite de oliva
Agua
Un poquito de pan
Uvas

PREPARACIÓN
En una cazuela, hacemos el sofrito con el ajito, el pimiento verde y el tomate, picados muy finos y una poquita de sal. Añadimos los espárragos troceados y las salchichas y rehogamos bien.
Ponemos el azafrán, un poquito de pimienta (no mucha, que las salchichas normalmente llevan una poquita), la pastilla de caldo y agua, y dejamos cocer.
Al tiempo de servir la sopa, le añadimos rebanados muy finas de pan (de ayer) y le damos un hervor.
Se comen acompañadas de uvas.

La mezcla de sabores es exquisita, el dulzor de la uva se mezcla con el toque de la pimienta y el sabor de los espárragos, es una verdadera delicia...

miércoles, 12 de octubre de 2011

Lengua de Ternera

Hace un par de semanas, mi madre celebró su jubilación, y en la fiesta me reencontré con amigos de la familia, amistades que se remontan a mi niñez. Y charlando, charlando, Pruden me habló maravillas de la lengua de ternera. Yo había visto a Arguiñano prepararla alguna vez, y después de que Pruden me diera la receta, he estado dos semanas rondando la idea en la cabeza. Y como me han dicho que no me quede con ganas de nada... pues me he puesto manos a la obra... no vaya a ser que salga mi niño con un toro tatuado porque su madre no guisó la lengua de ternera.
Así que el viernes pasado, ni corta ni perezosa, fui a la carnicería, pero claro, no tenían.  Diego (mi carnicero de confianza) me la encargó, y el lunes fui a recogerla. Santi ha comido hoy lengua, y yo, que tengo el día raro, sólo me he comido las patatas, eso sí, mojaditas en su salsa. Muy rica.

Ingredientes
  • Una lengua de ternera
  • cebolla (2)
  • laurel
  • ajos (7 u 8 dientes)
  • pimienta en grano
  • tomillo, sal, agua
  • aceite de oliva
  • harina
  • zanahorias
  • 1 cucharada de ketchup
Preparación

En la olla a presión, ponemos la lengua lavada con el tomillo, una cebolla, dos o tres dientes de ajo, el laurel, la pimienta y la sal, y la cubrimos de agua. Se cuece durante 45 minutos.

Esta es la lengua tal y como llegó de la carnicería








Una vez que la lengua está cocida, la sacamos de la olla, la pelamos (se pela muy fácil), y la fileteamos:




La pasamos por harina, y la freímos en una sartén (no muy grande), en la que habremos puesto previamente un buen chorreón de aceite de oliva. Conforme vamos friendo los filetes, los pasamos a una cazuela con agua, en la que irán cociendo a fuego muy suave.

Cuando están todos los filetes en la cazuela, lavamos muy bien, y echamos en la sartén en la que se han frito los filetillos una cebolla, las zanahorias y los ajos, todo fileteado y sin pelar.  Lo rehogamos y le añadimos la cucharada de ketchup. Luego le ponemos un poco del caldito en el que se están cociendo los filetes y dejamos que se cocine.


Pasamos la salsa por un chino y se la añadimos a la cazuela, lo dejamos cocer con la carne, y voi-lá, ya tenemos la lengua lista para servir.



Yo la he acompañado con patatas fritas, pero Pruden me dijo que ella suele acompañarla con puré de patatas...  Otra vez será.

domingo, 9 de octubre de 2011

Oyakodon

No, no es ninguna palabrota. Cuando estuve en Estados Unidos, conocí a Ai, una chica japonesa que se convertiría en una de mis mejores amigas, y con la que compartí, no sólo la experiencia de vivir un año inmersa en una cultura y una sociedad que no era la mía, sino que también aprendí a mirar con los ojos del otro.
Ai vino a España en mayo de 2003, justo antes de volver a su Japón natal, y estando en casa, me enseñó a preparar algunos platos de la gastronomía japonesa. Y éste es uno de ellos.

Oyakodon significa "el padre y el hijo" y el plato recibe este nombre por los ingredientes que lo componen:
  • Arroz
  • Cebolla
  • Pechuga de pollo (el padre)
  • Salsa de soja
  • Una cucharadita de azúcar
  • Huevo (el hijo)
  • Un chorrete de aceite (de oliva)
  • Agua
  • Muy poquita sal.
Para preparar este plato, lavamos el arroz. En el primer lavado, el agua se vuelve del todo blanca, porque se desprende polvillo del arroz. Ai decía que aquello era "dirty", suciedad, lo lavamos hasta que el agua salga clarita, y lo ponemos en un cazo con agua al fuego. Cubrimos el arroz unos dos dedos de agua, y lo cocemos a fuego medio, si hay que añadirle más agua, se le añade poquito a poco, hasta que el arroz esté cocido. Lo suyo es que se quede apelmazado, ten en cuenta que en Japón no se estilan los tenedores, y comer arroz suelto con palillos puede resultar desesperante.

Mientras cocemos el arroz, ponemos en una sartén el chorrete de aceite, y cortamos la cebolla en tiras y se van rehogando con muy poquita sal, cortamos el pollo en trocitos y lo añadimos a la sartén.

 Cuando el pollo ha cambiado de color, añadimos un chorreón de salsa de soja (yo utilizo Kikkoman, en el mercado está la variedad del tapón rojo, que es la clásica, y también podemos encontrar otra, con el tapón verde, con un 43% menos de sal. La salsa de soja es MUY salada, por lo que a mi paladar le gusta más la versión del tapón verde), un chorrete generoso de agua y una cucharadita de azúcar, y dejamos que cueza un ratito.


Cuando el arroz esté listo, lo apartamos del fuego, y le "damos caña" al pollo, la salsa no debe reducir del todo antes de apartarlo del fuego. Batiremos un par de huevos (yo pongo uno por cabeza) y lo añadimos a la sartén, que como está caliente, caliente, liga el huevo.

Para servirlo, ponemos el arroz en el plato, y sobre él, la salsa que hemos preparado. Es fácil, ligero y nutritivo, y además, está muy rico.



Gracias, my dearest Ai!

sábado, 8 de octubre de 2011

Magdalenas de leche

Llevaba ya mucho sin publicar nada en el blog... pero es que estoy "cocinando algo a fuego muy lento", la receta es sólo muuuuucho amor, y en nueve meses estará listo... Un niño estupendo que llegará, si Dios quiere, a finales de enero. Y la verdad es que esta tarea me consume las energías, y no me quedan ganitas para casi nada, ni siquiera cocinar... Hasta que a una le da antojo de algo dulce... unas magdalenas, por ejemplo, y claro, pensar que a este pobre niño le salga un lunar con forma de magdalena en la frente... fue estímulo suficiente para meterme en la cocina.

La abuela acostumbraba a hacer las cosas "a lo grande", y cuando hacía magdalenas, no era menos, por supuesto... Pero para eso estábamos los nietos... ¡para devorarlas!
El día que me animé a hacer las magdalenas de la abuela por primera vez, entendí que las cantidades ingentes que ella utilizaba iban a ser demasiadas para Santi y para mí, así que adapté un poquito la receta, prácticamente, reduciendo las cantidades a la mitad, y así "sólo" salen unas 5 docenas...


Esta es la receta original de la abuela, pero yo os transcribo la adaptación que le hice, no creo que a nadie le apetezca hacer magdalenas en cantidades industriales:

Ingredientes
- 5 huevos
- 450 gr de harina de trigo
- 150 gr de harina de maíz
- 600 gr de azúcar
- 1/2 litro de leche
- 1/2 litro de aceite
- 1 sobre de levadura
- 2 sobres de refresco "El tigre"
- canela al gusto (en esta ocasión, sustituí la canela por esencia de azahar, y el resultado es también estupendo)

Preparación
Precalentamos el horno a 200º.
Batimos las claras a punto de nieve, y vamos incorporando las yemas, una a una, mezclando muy bien.
Añadimos la leche, el azúcar, la levadura, los refresquillos, el aceite y la canela, y se va mezclando muy bien. Por último, añadimos la harina, poco a poco, y vamos trabajando muy bien la masa.
 Yo trabajo la masa con la thermomix, pero tuve que añadir la harina en tres veces, porque con los refresquillos y la levadura, la cosa empezó a subir y casi me rebosa el vaso... Así que lo vertí todo en una ensaladera gigante, y en tres veces tenía toda la masa hecha, luego la mezcle toda muy bien, y listo.
Si se quiere, se puede reservar una parte de la masa, para añadirle una cucharada de cacao, y así hacer magdalenas de dos colores.
Echamos la masa en los moldes de las magdalenas, y las vamos cociendo en el horno, están listas en unos 15 ó 20 minutos.