martes, 19 de febrero de 2013

La primera tarta de cumpleaños (hipoalergénica)

Madre del amor hermoso... Esto de la maternidad absorbe toda mi energía... No era consciente del tiempo que llevaba sin colgar ninguna recetilla...
Pues se acercaba la fecha del cumpleaños de mi peque, y había que hacer una tarta... hipoalergénica. Jaime es oficialmente alérgico a la leche de vaca, y una amiga, celíaca, así que me dispuse a hacer una tarta que pudiéramos comer...
No quería que fuera una tarta corriente... y desde que la hice, empiezo a tener el gusanillo de experimentar con el fondant... pero eso será para el año que viene...
A Jaime le han dejado un abriguito verde, y un tacatá de tortuga, así que su papi lo llama cariñosamente tortuguito (y cucarachito, pero eso no viene al caso), por eso se nos ocurrió hacerle una tarta de tortuga... aunque el resultado fue más un galápago...

Ingredientes

Para el bizcocho
Un yogur de soja
Un vasito de yogur de leche de soja
Un vasito y medio de aceite
Tres vasitos de azúcar moreno
Tres vasitos de maicena
Tres vasitos de harina de arroz
Un sobre de levadura
Seis huevos

Para el relleno
Medio litro de leche e soja
dos huevos
una cucharadita de azúcar avainillada
30g de harina de arroz
70 g de azúcar

Para el almíbar
300 g de azúcar
100 g de agua
el zumo de medio limón
Un chorreón de licor de avellana sin alcohol

Para el glaseado
700 g de azúcar
dos claras de huevo
un chorreón de zumo de limón
unas gotitas de colorantes

Precalentamos el horno a 180º.
Ponemos en el vaso de la thermomix el yogur de soja, la leche de soja, el aceite y el azúcar. Mezclamos unos 10 segundos en velocidad 5, pero sin programar tiempo, y vamos añadiendo los huevos de uno en uno. Después le vamos echando la harina poco a poco por el bocal del vaso, junto con la levadura, y mezclamos hasta que se haya integrado bien la harina.

Como pretendía hacer una tortuga, puse masa en cinco moldes de magdalena, y los metí al horno hasta que se doraron. Vertí el resto de la masa en un molde redondo de silicona, y al horno. Cuando hacemos bizcochos, conviene ponerle calor sólo por debajo para que el suba todo lo que tenga que subir, también le bajo la temperatura a 150º.
Cuando el bizcocho estuvo listo, lo dejé enfriar y lo pasé al frigorífico unas horas.

Para el almíbar, vertí todos los ingredientes en el vaso y programé 10 minutos, 100º, velocidad 2.
Para utilizar el almíbar es conveniente que se enfríe.
Para hacer el relleno de la tarta, ponemos en el vaso de la thermomix la leche de soja, los huevos, el azúcar avainillada, la harina y el azúcar, y mezclé 10 segundos en velocidad 3 1/2, y después programé 7 minutos, 90º, velocidad 2. A continuación, añadí el cacao, y lo mezclé unos segundos, también a 3 1/2.
Corté las magdalenas y el bizcocho por la mitad, los regué con el almíbar y unté la mitad de la base y las magdalenas con la crema de chocolate y los cubrí con sus respectivas mitades.

Y este es el resultado a estas alturas del proceso:


Y ahora empieza la parte artística... que resultó no ser lo mío...
Hice glaseado para dos tartas... así que si no quieres que te sobre mucha, haz la mitad de las cantidades de la receta.
Para hacer el glaseado hay que lavar y secar muy bien el vaso, porque hay que hacer azúcar glass, pulverizando el azúcar en dos veces, en velocidad 10. Luego añadí las claras y el zumo de limón y los batí 20 segundos en velocidades 6-8.
Aparté una parte de la glasa y le fui echando gotitas de colorantes hasta que salió verde, para la cabeza, las patas y la cola de la tortuga (corté la magdalena de la cola haciendo un pico), y las cubrí. Aquello empezó a chorrear más de lo que yo esperaba... pero bueno, la novatada hay que pagarla.
Luego traté de conseguir un marrón, que más parecía rosa, y le dibujé al caparazón hexágonos, que luego rellené con más glasa marrón.  Me hubiera gustado que los colores fueran más vivos, pero otra vez será.
Le puse unas perlitas de chocolate en los ojos.


Como tenemos la sospecha de que el niño pueda ser alérgico al huevo (sí, también), no le dimos tarta, menos mal que de momento no le interesa demasiado la comida, casi que no se enteró mucho de lo que iba la historia, eso sí, se lo pasó en grande con todos los amiguitos que vienieron a merendar... Y sus papis... Así de contentos estaban...