"Cuando tienes un hijo te cambia la vida". Ja.
Te cambia la vida, sí. Pero te cambia más aún cuando tu hijo es alérgico a la proteína de la leche de vaca y tienes que eliminarla totalmente de su dieta y de la tuya. Eso sí que te cambia la vida. Se te acabó el café con leche, las magdalenas y hasta el jamón de york o la morcilla. Porque todo, todo, tiene leche, suero lácteo, caseína o lactosa.
Te haces experta en leer los ingredientes de la comida. Y se te han acabado los dulces... hasta que el yogur de soja se cruza en tu camino, y te pones manos a la obra:
Ingredientes
Un yogur de soja
Un vaso del yogur de aceite de oliva
Dos vasos del yogur de azúcar
Tres vasos de yogur de harina
Cuatro Huevos
Un sobre de levadura
Canela molida para decorar
Preparación
Precalentamos el horno a 180º.
Mezclamos el yogur, el aceite y el azúcar, añadimos los huevos y seguimos batiendo y por último añadimos la harina con la levadura. Cuando la masa es homogénea, se vierte en el molde, y al horno.
Para cocer bizcochos, una tía mía me recomendó ponerle calor sólo por abajo, así la masa puede crecer, y cuando le quedan cinco minutillos de cocción, ponemos calor también por arriba para que dore. Al sacarlo del horno se espolvorea azúcar y canela.
Y voilá, bizcocho apto para las meriendas libres de la proteína de la vaca:
La abuela Maruja era una mujer excepcional. Yo me siento afortunada porque he heredado algunas cosas de ella, entre otras, el gusto por la cocina. Nos dejó algunos cuadernos de su puño y letra, que recogen los tesoros con los que nos alegraba la vida. Me he propuesto, poco a poco, recopilar en este blog todas sus recetas, y si me siento lo bastante valiente, tratar de llevar a mi cocina algunos de sus platos.