domingo, 9 de octubre de 2011

Oyakodon

No, no es ninguna palabrota. Cuando estuve en Estados Unidos, conocí a Ai, una chica japonesa que se convertiría en una de mis mejores amigas, y con la que compartí, no sólo la experiencia de vivir un año inmersa en una cultura y una sociedad que no era la mía, sino que también aprendí a mirar con los ojos del otro.
Ai vino a España en mayo de 2003, justo antes de volver a su Japón natal, y estando en casa, me enseñó a preparar algunos platos de la gastronomía japonesa. Y éste es uno de ellos.

Oyakodon significa "el padre y el hijo" y el plato recibe este nombre por los ingredientes que lo componen:
  • Arroz
  • Cebolla
  • Pechuga de pollo (el padre)
  • Salsa de soja
  • Una cucharadita de azúcar
  • Huevo (el hijo)
  • Un chorrete de aceite (de oliva)
  • Agua
  • Muy poquita sal.
Para preparar este plato, lavamos el arroz. En el primer lavado, el agua se vuelve del todo blanca, porque se desprende polvillo del arroz. Ai decía que aquello era "dirty", suciedad, lo lavamos hasta que el agua salga clarita, y lo ponemos en un cazo con agua al fuego. Cubrimos el arroz unos dos dedos de agua, y lo cocemos a fuego medio, si hay que añadirle más agua, se le añade poquito a poco, hasta que el arroz esté cocido. Lo suyo es que se quede apelmazado, ten en cuenta que en Japón no se estilan los tenedores, y comer arroz suelto con palillos puede resultar desesperante.

Mientras cocemos el arroz, ponemos en una sartén el chorrete de aceite, y cortamos la cebolla en tiras y se van rehogando con muy poquita sal, cortamos el pollo en trocitos y lo añadimos a la sartén.

 Cuando el pollo ha cambiado de color, añadimos un chorreón de salsa de soja (yo utilizo Kikkoman, en el mercado está la variedad del tapón rojo, que es la clásica, y también podemos encontrar otra, con el tapón verde, con un 43% menos de sal. La salsa de soja es MUY salada, por lo que a mi paladar le gusta más la versión del tapón verde), un chorrete generoso de agua y una cucharadita de azúcar, y dejamos que cueza un ratito.


Cuando el arroz esté listo, lo apartamos del fuego, y le "damos caña" al pollo, la salsa no debe reducir del todo antes de apartarlo del fuego. Batiremos un par de huevos (yo pongo uno por cabeza) y lo añadimos a la sartén, que como está caliente, caliente, liga el huevo.

Para servirlo, ponemos el arroz en el plato, y sobre él, la salsa que hemos preparado. Es fácil, ligero y nutritivo, y además, está muy rico.



Gracias, my dearest Ai!

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